Pese a que en algunos lugares hemos avanzado mucho, en muchos sitios del planeta las marchas del orgullo están amenazadas, y el solo hecho de organizarlas puede suponer violencia, discriminación e incluso consecuencias penales para los/las activistas LGBTIQ+.
Las marchas del Orgullo LGBTIQ+ tienen una relación directa con los derechos humanos, ya que empoderan a las personas LGBTIQ+ para reivindicar los derechos y las libertades que se les niegan, así como para visibilizarse en el espacio público del que a menudo se las excluye y luchar contra la homofobia, transfobia y bifobia.